Ingredientes:
175 ml de Aceite de girasol
175 gr de azúcar
3 huevos batidos
175 gr de zanahoria rallada
85 gr de pasas de uva sultanas
50 gr de nueces troceadas
La ralladura de 1 naranja
175 gr de azúcar leudante
1 cucharadita de bicarbonato de soda
1 cucharadita de canela molida
1/2 cucharadita de nuez moscada
Glaseado:
200 gr. queso crema
100 gr de azúcar impalpable
2 cucharadas de jugo de naranja
1) Caliente el horno a 180°. Engrase y forre un molde cuadrado de 23 cm. de lado. En este paso, yo lo que hice fue enmantecar y enharinar el molde.
2) En un cuenco grande, bata el aceite con el azúcar y los huevos. Sin dejar de remover, añada la zanahoria, las pasas, las nueces y la ralladura. Yo como no tenía nueces le puse almendras, que no es lo mismo pero no se queda atrás, Pasas decidí no ponerle porque a no todos los presentes le gustaban.
3) Tamice la harina, el bicarbonato de soda, la canela y la nuez moscada sobre el cuenco e incorpórelo todo a la mezcla de zanahoria hasta obtener una masa homogénea.
4) Pase la masa al molde con ayuda de una cuchara y cuézala en el horno entre 40 y 45 minutos hasta que haya subido y resulte firme al tacto.
5) Deje enfriar el pastel dentro del molde durante 5 minutos y a continuación, vuélquelo sobre una rejilla metálica para que se enfríe por completo.
6) Para el glaseado, mezcle el queso, el azúcar impalpable y el jugo de naranja, y bátalo hasta que adquiera una consistencia homogénea. Viértalo sobre el pastel. Acá fue donde tuve el mayor de los problemas por despistada. En vez de ponerle dos cucharadas de jugo, le puse el jugo de toda la naranja. La cobertura quedó bastante más líquida y con un sabor mucho más abayasante, pero terminó siendo realmente deliciosa.
En conclusión, la torta rindió tan buenos resultados que ya me pidieron que este fin de semana la repita, por ser rica, liviana y sana.
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